Wednesday, November 22, 2006

Friday, November 17, 2006

Greats expectations





"Sólo te romperá el corazón. Es un hecho. Y aunque te prevenga, aunque te garantice que ella sólo te lastimará, horriblemente, tú la perseguirás....¿No es maravilloso el amor?"

Greats expectations


traducción texto final:

Lo hice/ lo hice/ Soy un gran suceso/ Las vendí todas, todas mis pinturas/ Ya no tendrás que avergonzarte de mí nunca más/ Soy rico/ ¿No era lo que querías?/ ¿No es grandioso?/ ¿Estamos felices, ahora?/ ¿No entiendes que todo lo que hago lo hago por ti? / Que cualquier cosa que pueda ser especial en mí, eres tú...

Discotheque-1º parte

Les amants



6 de julio


"Quizás yo no sea tu hombre ideal, ni tú mi mujer, pero igual, engánchate conmigo"

A. Calamaro.



1.


Ella: Yo no soy celosa


Él: Yo tampoco.


2.


Él: No me gusta dormir solo.


Ella: Yo me quedo contigo esta noche.


Él: Antes dame un beso.


Ella: Sólo la mitad de uno.



3.


Él: ¿Acaso dormimos juntos que no me saludas? Ah...sí, dormimos juntos.


Ella: ... (Él no existe, no existe, no puede existir para mí)













"Y si esta noche quieres ir a bailar, vete poniendo el disfraz de pecadora"

Radio Futura- Versión Calamaro


1.


Ella: Llévame a cenar.


Él: Tengo sueño. Vamos a la cama.


Ella: Está bien...


(Él salta infantilmente sobre la cama, se saca toda la ropa y se acuesta mirando al techo)


Ella: Me compré ropa interior ¿Te gusta?


Él (aún mirando al techo): Se va a ver linda en el suelo. Sácatela y ven a la cama.

(Ella lo hace y se acuesta a su lado)


Ella: Tenías razón.


Él: ¿Sobre qué?


Ella: No pones atención a lo visible.




2.


(A la mitad de la noche)


Él (despertándose sobresaltado): Abrázame, abrázame, tengo susto.


Ella: Ven.


Él: Me da miedo la oscuridad.


Ella: Estoy contigo, no te pasará nada.


Él: Me da miedo mirar a los ojos de mi padre y leerle un poema. Mirar sus ojos y que ellos me hablen diciéndome fracasado. Me da miedo que me odies tanto como que me ames demasiado.


Ella (abrazándolo): Duerme, yo estaré cuidando tu sueño.



3.


Ella: No pensarás que te creí el espectáculo de anoche.


Él (mirándola al borde del sarcasmo): Pensé que podíamos confiar en el otro.


Ella: Sí, claro que podemos, mi amor.


(Portazo y salida)



























"Dicen que yo no soy tu hombre ideal, mientras hojeas con soltura una revista. Y me pregunto si tendrás una pista o alguna foto de tu tal para cual"

Radio Futura- Versión Calamaro



Él toca el timbre. Ella no responde. Entonces se sienta apoyado en la puerta y comienza a cantar I've got you under my skin. La puerta se abre.


Ella: Si sigues aullando así, mis vecinos me harán echar.


Él: Antes te gustaba que te cantara.


Ella: Antes.


Él: Sabía que estabas.


(Entra y encuentra una caja con sus cosas)


Él: Oyeeee, ¿por qué está eso ahí?


Ella: Tus cds no me gustan y ocupan el espacio de los míos. Detesto tus libros del siglo I, pesan mucho y además siempre tienen polvo. Y estoy cansada de estar cuidando que mis gatos no se coman tus GI-Joe.


Él: Ok, ok, me llevo todo.


Ella: No quiero que vuelvas más.


Él: ¿Por qué?


Ella: Diciembre no es época de sarcasmos.


(Él toma sus GI-Joe, se los lleva, y deja el resto en la caja)







"You think that I'm strong, you're wrong, you're wrong"

R. Williams



Él toma el teléfono, marca tres números, mira hacia la ventana y se arrepiente.


Ella cambia de lugar los muebles, conversa con sus gatos e intenta continuar ese diario que se estancó en algún segundo de su vida.


Ella: Cabrón, cabrón, ¿por qué no me llamas? Se supone que me tienes que pedir disculpas por todo, por todo lo que has hecho y dejado de hacer en estos meses. Eres capaz de dar vuelta el mundo por estar conmigo, de escribirme poemas de amor y lanzarte sobre mí como un perro en celo, pero no me llamas, pendejo de mierda.





"Yo te prometí hacer deporte, pero era una mentira para robarte un tal vez"

A. Calamaro.



Él, afuera de su casa, desliza un papel arrugado bajo la puerta y se va corriendo como un niño. Ella duerme, no lo escucha y aquel papel queda estático hasta que el destino y las mascotas lo decidan.


"Mi mundo va cuesta arriba, así como los puentes de los castillos medievales, esos que aparecen en los libros que te niegas a leer porque te aburren.


Me corté el pelo, combina con lo breve de mi sonrisa y con la camisa que te gusta ¿Sabes? un día de estos el clima me ahogará, me ahogará y tú no vas a estar ahí para verlo, porque yo sé que te gustaría presenciar algo así, te conozco lo suficientemente morbosa para saber que te fascinaría la idea.


He pensado que voy a inscribirme en un gimnasio, quiero cambiar mi vida, levantarme antes de las 9 de la mañana e intentar eliminar esta panza, fruto de tardes de poesía y cerveza, que quizás no te gusta. Voy a ir a terapia, sí, promesa. Entonces tú irías a dejarme como cuando mi mamá me iba a dejar al colegio. Y yo me pondría a llorar tal como lo hacía hace 18 años para que no te fueras y me dejaras ahí, solo, rodeado de gente que no conozco. A ti te daría pena y me llevarías a tu casa, me comprarías chocolate y jamás volverías a mencionar esa idea de la sicología.


Recuerda cuidar al conejo de los gatos"






"Te presté un corazón loco, que se dobla con el viento y se rompe"

A. Calamaro.



1.


Ella no cede ni un milímetro, está cansada de hacerlo. Leyó 5 veces la carta. En desorden, a oscuras, al revés, sentada al borde del balcón y desnuda encima del papel.


Quiso grabársela en la piel e imaginar que él, en una de esas noches en que aprende a decir y hacer cosas lindas, se lo había escrito.


Ella: Le doy 3 días, sólo 3 días para que se aparezca y me convenza, ni uno más. ¿Qué se cree? ¿Que yo funciono con cartitas? -dijo mientras intentaba traspasar las letras del papel a su vientre.



2.



Día uno


Ella: Debe pensar que lo voy a llamar. Que lo haré para agradecerle que haya dejado de creerse el centro del universo una vez en su perra vida y me haya recordado.


Día dos

Ella: Voy a salir. Me va a llamar y no me encontrará. Apago el celular y quedo lejos de su alcance. Apuesto lo que sea que lo encontraré sentado en mi puerta cuando regrese. Le desespera no tener el control.



Día tres

Ella: Pendejo imbécil. ¿Dónde estará? Seguro ya se buscó a otra a quien escribirle poesía barata. Se cree irresistible con su colección de putos libros antiguos y su costumbre de usar palabras raras en las conversaciones. Pero nadie sabe que le da gripe 15 veces al año, que no se ha sacado las amígdalas porque le da miedo, que le gusta despertarse a las horas más locas para subirse encima mío, y que en ese instante pierde toda la retórica cotidiana que usó para enamorarme, y sólo se limita a gemir monosílabos poco coherentes que lo hacen ver ridículo, pero adorable.



3.


Él: ¿Por qué no ha venido a buscarme? Dice que soy todo lo que quiere en la vida, aunque cuando se enoja me dice que soy un enfermo. Cuando la abrazo, soy lindo, pero si no le quiero dar besos, soy un pendejo caprichoso. Me considera hermoso cuando le escribo poemas, pero si critico los suyos, me falta demasiado pelo en el pecho para parecer un hombre grande. Dice que me ama la mayoría de las veces, pero cuando la hago enfurecer, siento que maquina la mejor forma de odiarme.

Se demora mucho en venir.










"Te desconfié
cuando te hice el poema, preciosa,
nena, te desconfié"

F. Paéz.




1.



Ella toma el teléfono y marca. Al otro lado nadie responde.


Ella: Maldito puto. Odio que no me conteste el teléfono, odio que siempre lo use en silencio o que lo lance abajo de la cama para ponerse a dormir.


Marca nuevamente.


Él: Habla el invierno de nuestro descontento.


Ella: Hola.


Él: En este momento no me encuentro, pero puede dejar un mensaje explayándose sobre lo que piensa acerca del concepto de Retombeé.


Ella: Sé que estás ahí, tú no tienes contestadora. Deja de copiar guiones de películas.


Él: Hola.


Ella: ¿Dónde has estado?


Él: Acá.


Ella: Escríbeme un poema.




2.


Ella: Hola, entra.


Él: Cambiaste los muebles de lugar otra vez, eres peor que mi madre.


Ella: No me gustó como habían quedado antes.


Dos gatos se pasean alrededor de un sofá.


Él: ¿Aún no los regalas?


Ella: Idiota, no me voy a deshacer de mis gatos sólo porque a ti no te gustan.


Él: Deberías.


Ella: Mátate.


Él: Mátame.



3.


Él: Cásate conmigo.


Ella: No se vale si me lo pides en la cama tocando mi sexo.


Él sale de la cama.


Él: Casémonos.


Ella: Estás loco. ¿Por qué te quieres casar conmigo?


Él: Porque te verías muy linda con traje de novia. Además me gusta como cocinas.


Ella: Sabes que soy un desastre cocinando.


Él: Entonces no estás interesada.


Ella: Interesada no es una palabra muy romántica, pero sí, me gustaría.


Él: No soy romántico.


Ella: Cuando lo seas, nos casamos.






"No sé qué hacer
yo las pelis de cowboys
y vos leyendo Emily Brontë"

F. Paéz.



1.



Ella: ¿Puedes bajar el volumen de la televisión? Intento leer.


Él: ¿A Coelho? ¿Necesitas silencio para leer a Coelho?


Ella: Lo siento, pero Virgilio aún no me logra excitar.


Él: Pero Coelho...


Ella se levanta, le apaga el televisor, hace volar el libro en medio de la sala y se va.



2.

Él: Hice la cena.



Ella: No tengo hambre, voy a acostarme. Si te vas a quedar, duerme en el sofá, no tengo ganas de compartir espacio en mi cama.



Él: Mejor. Siempre tienes pesadillas y me despiertas.



Ella: No te sorprendas si alguien trata de ahogarte con la almohada en la noche.



Él: Me voy a mi casa, me espera Madame Bovary, quien me trata mucho mejor que tú.



Ella: Madame Bovary no te tiene que aguantar todos los días.



Él: Cierto, pobre Coelho.




3.




Él: Te traje un regalo.



Ella: ¿Qué es?



Él: Un libro.



Ella: Si es de algún romano o griego, lo lanzo por el balcón.



Él: Emily Brontë.



Ella: ¿"Cumbres borrascosas"?



Él: Se lo robé a mi abuela.



Ella: ¿No va en contra de tus principios?



Él: ¿Robar?



Ella: No, novelas que han sido criticadas por la Academia.



Él: Pero a mi abuela le gusta.



Ella: No debiste robársela.



Él: No debí dejarte dormir sola, anoche.



Ella: ¿Acaso Madame Bovary te maltrató?



Él: Menos que tú, por eso te extrañé.










"Yo te entiendo bien,
es como hablarle a la pared
y tú podrías darme fe"

F. Paéz.



1.



Ella: ¿Hoy no vas a jugar fútbol?



Él: No, voy los jueves.



Ella: ¿Hoy no sales con tus amigos?



Él: No, no quiero.



Ella: Deberías ir.



Él: Afuera, malo. En casa, bueno.



Ella: ¿Qué te pasa? ¿No fue una premisa para estar juntos eso de 'me tienes que dejar salir con mis amigos'?



Él: Si no tienes ganas de que esté acá sólo tienes que decirme.



Ella: No es eso y lo sabes. No entiendo tu cambio.



Él: Yo tampoco, pero me gusta acá. Tu sofá es muy cómodo y tu televisor se ve mejor que el mío.



Ella: Si es por eso, llévatelos y ve a tu casa.



Él: Quiero vivir contigo.



2.



Ella: No vas a llenar mi casa con tus libros, te lo advierto. ¿Y todos esos papeles sueltos? ¿Qué son?



Él: Mis poemas.



Ella: Yo pensé que los escribías en un cuaderno.



Él: Sí, pero le arranco las hojas.



Ella: Se te van a perder o el conejo se los comerá.



Él: Cosa mía.



Ella: ¿Qué mierda es esooo?



Él: Mis letras tridimensionales de papel.



Ella: Son gigantes, ¿por qué no las tiraste?



Él: Me demoré tres noches en hacerlas, además es un recuerdo de cuando estudiaba Diseño gráfico.



Ella: Podrías haberles sacado una foto.



Él: Se van a ver bonitas donde están tus muñecas.



Ella: No pensarás poner esas letras horribles en la habitación donde están mis muñecas.



Él: Cierto, ahí van los GI-Joe.



Ella: Mejor dame un beso, es cierto lo que dicen, callado te ves más lindo.



3.



Él: Tu cama se veía más grande.



Ella: Pero si no es la primera vez que la compartimos, ya sabías como era.



Él: Está más pequeña.



Ella: O tú más grande.



Él: No soy yo, es mi corazón.




La ciudad parece un mundo- Ismael Serrano



24 de junio

Primera versión


La ciudad es un mundo cuando se ama a un habitante,
y mi planeta estalla, y tú alimentas soledades.

Mientras te busco en la otra orilla,
tú corres, borrando las huellas, huyendo por la avenida.

Suena a lo lejos la sirena de un coche de policía
que persigue mi cadáver, los restos del cuerpo que tú asesinas.

La ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante,
y mi planeta estalla, tú ya no eres la de antes.

Ya no ocupo tus miradas y vas cubriendo los huecos
de más y más distancias, tu sombra apenas se distingue a lo lejos.

¿Qué has hecho con los restos de feliz adolescencia?
Los mató el virus del tiempo, el mal de ausencia.

La ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante,
mi planeta estará deshabitado de ahora en adelante.

Trataré de convencerme: aquí sólo lo fugaz permanece.
Quizás me cubra una escarcha, una fría escarcha de muerte.

O quizás vaya a buscarte y te rapte diariamente,
para que estés a mi lado, para estar a tu lado siempre.

La ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante,
y mi planeta estalla, y tú alimentas soledades.

Mientras te busco en la otra orilla,
tú corres, borrando las huellas, huyendo por la avenida.

Suena a lo lejos la sirena de un coche de policía
que persigue mi cadáver, los restos del cuerpo que tú asesinas.

Que tú asesinas. Que tú asesinas.

Ismael Serrano.

Thursday, November 16, 2006

Fragmentos para que no te vayas (nunca)

Klimt

22 de junio



'Si me lancé, con velocidad masoquista, a tus pasos, fue por el sonido de las sisellas que se desprendía de una voz, a kilómetros de mi espalda, desde tu tierra flotante y virgen. Si fui el kamikaze que profanó el orden cósmico,impuesto por un demiurgo, se debió al mundo que escondías, entre gemidos y palabras, dentro de tus caderas. Hoy, suicida ileso, en vías de caminar en dos pies, débil especie, que teme que emigres a otras manos.'

1.

Yo, bípedo con lo que me queda de alma,
prometo no devorarte en indiferencia
365 días al año, incluidos bisiestos,
festivos y vacaciones.
Oír el relato de tus pesadillas
a horas non sanctas,
con un ojo abierto
y el otro en el país onírico más cercano.
Compartir el lado luminoso de la cama,
sin importar época del año,
grados celsius,farenheit o kelvin
de tu abrazo en mi pecho.
Alimentar a tus gatos,
evitando las ganas caninas
de comérmelos yo.

2.

Débil, como todos los de mi especie,
también dejo constancia
de no saber cocinar más que pastas
y arroz, a veces pegado, a veces normal.
Exagerar con el uso del chocolate
en contra de la tristeza.
De amontonar libros y papeles
hasta llegar al techo,
no atender el teléfono
aunque se caiga el mundo
y no saber lo más mínimo
acerca de mujeres.

Aún así, te aseguro,
una vida futura con hijos
y mascotas por toda la casa.
Con mi mala poesía,
siempre dedicada a ti,
y libros viejos
donde revolcarse por las tardes.
Si tú te quedas,
si decides quedarte.

Así es la vida- Elefante




19 de junio



Y que me traigan más botellas
para quitarme este sabor de su sudor
y que me apunten en la cuenta
toda la desgracia que dejó.

Que no quieres nada más de mí
que te fuiste con ese infeliz.
Qué importa, qué importa.
Que me va a matar la depresión
que voy a vivir en el alcohol.
Qué importa, qué importa.
Que te fuiste sin decir adiós
que no dormirás en mi colchón.
Qué importa, qué importa.
Que ensuciaste mi reputación
que te vale madres este amor.
Qué importa, qué importa.

Que te quise demasiado... y que nadie te ha querido como yo.
Así es la vida ... de caprichosa
a veces negra
a veces color rosa.
Así es la vida jacarandosa
te quita te pone te sube te baja
y a veces te lo da.
Así es la vida.

Que me desangraste el corazón
que me hará justicia la nación.
Qué importa, qué importa.
Que tu vida es como un carnaval
que tarde o temprano volverás
Qué importa, qué importa.

Que te quise demasiado... y que nadie te ha querido como yo.
Así es la vidade caprichosa
a veces negra
a veces color rosa.
Así es la vida jacarandosa
te quita te pone te sube te baja
y a veces te lo da.
Así es la vida.

Y así es la vida.
Escúchame, negra,
me dejaste esperando.
Me jugué la camisa y perdí hasta el encanto.
Sigue abierta mi herida
y ya me voy desangrando.
Ay, mamita querida
me voy de tu vida
y tú sigues bailando.

Así es la vida
de caprichosa
a veces negra
a veces color rosa.
Así es la vida jacarandosa
te quita te pone te sube te baja
y a veces te lo da...

Saturday, November 04, 2006

Si he de vivir- Julio Cortázar




Si he de vivir sin ti, que sea duro y cruento,
la sopa fría, los zapatos rotos, o que en mitad de la opulencia
se alce la rama seca de la tos, ladrándome
tu nombre deformado, las vocales de espuma, y en los dedos
se me peguen las sábanas, y nada me dé paz.
No aprenderé por eso a quererte mejor,
pero desalojado de la felicidad
sabré cuánta me dabas con solamente a veces estar cerca.
Esto creo entenderlo, pero me engaño:
hará falta la escarcha del dintel
para que el guarecido en el portal comprenda
la luz del comedor, los manteles de leche, y el aroma
del pan que pasa su morena mano por la hendija.


Tan lejos ya de ti
como un ojo del otro,
de esta asumida adversidad
nacerá la mirada que por fin te merezca.


Julio Cortázar

(de Salvo el crepúsculo)

Saturday, October 07, 2006

No voy a ser yo- Kevin Johansen



5 de junio 2006


El que se quede sin dar el paso, no voy a ser yo.
Quien se canse de tus abrazos, no voy a ser yo.
No voy a ser yo, no voy a ser yo.
Tengo tiempo y tengo paciencia, y sobre todo
te tengo dentro de mi existencia de cualquier modo,
y aunque falte tal vez bastante, no voy a ser yo.

El que se canse antes, no voy a ser yo.


Hay gente que no debería enamorarse.
Algunos no deberíamos dar el sí.
Yo no veo otra salida, no quiero pasar la vida
sin que la vida pase a través de mí...


Quien se esconda de lo que siente, no voy a ser yo.
No voy a pisar el freno, no voy a ser yo.
El que se ande con más o menos, no voy a ser yo.

Hay gente que no debería involucrarse
con cosas que luego no pueden manejar.
Yo no veo otra salida, no quiero pasar la vida,
pisando una piedra y volviéndola a pisar...


Si querés un Principe Azulado, no voy a ser yo.
Si querés un ´Bangundangunladu´, no voy a ser yo...

Kevin Johansen






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En paro- 2 de junio 2006


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Friday, October 06, 2006

Airport



20 de mayo 2006



He levitado demasiado tiempo.

Las sogas se cortaron,
el aire, canal denso y muerto,
juega, entonces, ahorcándome a turnos.
Cierro los ojos y no miro el reloj:
el tiempo siempre perturbó mis sentidos,
pero la hora del amor se demora en venir
o terminó antes de lo esperado.

Ha sido simple hacerme sonreír.
Acomodar un revólver entre mi pecho
y mi sien.
Esperar lo imposible que trae el dolor.
Soy el mismo animal
del principio


y es tan fácil cortarme las alas,
porque mi complejidad
no es otra cosa
que esta levitación constante.


Soy Ícaro rozando el sol.

Me torturo encima de una mujer,
enfermo de miedo,
dejo huellas de mi semen triste
sobre su cuerpo.
Y ella me ama,a veces,
aunque la infecte de ira y desesperanza.


Yo, el emblemático adolorido,
montado en un místico avión,
levito sobre esta ciudad falsa,
falsa y absurda,
en busca del aeropuerto de la memoria.

Wednesday, September 27, 2006

Con una pena de muerte- Ismael Serrano



Con una pena de muerte
maldigo injustamente a los que antes compartieron
contigo los delirios de la carne.
Y se hace tarde,
y hay quien nos dice que debiéramos mirar
más el reloj.
El amor entre tú y yo
es a veces
como el silencio, y al nombrarlo se rompe.
Noche tras noche
me hago adicto a tus ritmos,
tus sonidos, tus sabores.
Cargados de buenas intenciones
nos empapamos de urbanidad,
vendimiando en las aceras
alguna que otra hermosa amistad.
Y yo vigilo tu sonrisa mientras tomas un té
en un café del centro.
Mar adentro mientras, las sirenas cantan.
Hay quien se tapa los oídos,
quien se ata al mástil de proa.
Tú y yo dejamos
que nos seduzcan con su canto.
Nos estrellamos
contra las rocas.

Planeando una huida
por las calles de Madrid
tú me preguntas, mirada dulce,
si me moriría sin ti.
Yo aterrado me escondo en un vaso
cargado de alcohol y te respondo:
"maldita sea, no lo compruebes por favor".
Y te dices fuerte e independiente,
y a veces me pareces débil en mis manos
como un copo de nieve que se deshace,
negándose a confesarse enamorada de mí.
Y sé que no podría estar sin ti,
sé que no podría estar sin ti.
Te dices fuerte e independiente,
y a veces me pareces débil en mis manos
como un ligero copo de nieve que se deshace,
negándose a confesarse enamorada de mí.
Y sé que no podría estar sin ti,
sé que no podría estar sin ti.



Ismael Serrano



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Capítulo 20- Rayuela (fragmento)



22 de abril 2006



-Te tengo tanta lástima, Horacio.

-Ah, eso no. Despacito, ahí.

-Vos sabés que yo a veces veo. Veo tan claro. Pensar que hace una hora se me ocurrió que lo mejor era ir a tirarme al río.

-La desconocida del Sena... Pero si vos nadás como un cisne.

-Te tengo lástima -insistió la Maga-. Ahora me doy cuenta. La noche que nos encontramos detrás de Notre-Dame también vi que... Pero no lo quise creer. Llevabas una camisa azul tan preciosa. Fue la primera vez que fuimos juntos a un hotel, ¿verdad?

-No, pero es igual. Y vos me enseñaste a hablar en glíglico.

-Si te dijera que todo eso lo hice por lástima.

-Veamos -dijo Oliveira, mirándola sobresaltado.

-Esa noche vos corrías peligro. Se veía, era como una sirena a lo lejos... no se puede explicar.

-Mis peligros son sólo metafísicos -dijo Oliveira-. Créeme, a mí no me van a sacar del agua con ganchos. Reventaré de una oclusión intestinal, de la gripe asiática o de un Peugeot 403.

-No sé -dijo la Maga-. Yo pienso a veces en matarme pero veo que no lo voy a hacer. No creas que es solamente por Rocamadour, antes de él era lo mismo. La idea de matarme me hace siempre bien. Pero vos, que no lo pensás... ¿Por qué decís: peligros metafísicos? También hay ríos metafísicos, Horacio. Vos te vas a tirar a uno de esos ríos.

-A lo mejor -dijo Oliveira- eso es el Tao.

-A mí me pareció que yo podía protegerte. No digas nada. En seguida me di cuenta de que no me necesitabas. Hacíamos el amor como dos músicos que se juntan para tocar sonatas.

-Precioso, lo que decís

-Era así, el piano iba por su lado y el violín por el suyo y de eso salía la sonata, pero ya ves, en el fondo no nos encontrábamos. Me di cuenta en seguida, Horacio, pero las sonatas eran tan hermosas.

Rayuela- Julio Cortázar



Sobre decapitaciones




20 de abril 2006


Me revuelco en tu felicidad
de observar cabezas
caer
a la interperie absoluta,

en medio del asfalto
cantando un golpe seco
sobre sus costillas grises.
Mirar cómo se enredan

entre tus pies,
esos mudos cuellos,
amnésicamente entregados
a no alcanzar

tus lágrimas,


las cruces oscuras de rebelión,

posesiones invisibles,

a ti, mujer que se levanta entre los muertos,
herida en tu sexo transparente

y tanteando,

como una gata, el camino final.

Lamiéndote el rumor de cuerpo insomne
que te consume extranjera de olvido.

Tú,

bendita entre todas las hembras,

siembra semillas tristes sobre los párpados
de aquellos decapitados de tu vida.


Sunday, September 24, 2006

Le rue des cascades


13 de abril 2006




6.

Ya desciende el tiempo fértil
sobre los ojos.
No es tu cristal negro
quien me detiene,
sólo quédome a extender la noche.


7.

Si la simpleza te carga de pudores,
conviértela en viento limpio,
virgen y rupturista,
transfórmala en carreteras
marcadas con piedras
hasta mi boca.


8.


Recuerda alzar tu falda
para burlar cualquier muro
de mi frontera.
Recuérdame vacío,
taciturno y doliente
en espera de colgar poemas
abrazados a tu cintura.


9.


Viólame la noche,
fugaz esclava mía.

No dudes en destruir
mis acorazadas fortalezas,
con tres kilómetros precisos
del dolor que te acontece
cuando desligo mi corazón
de tu lengua.


10.


Se ciegan grandiosas bestias
al mirarte sonreir,
silenciosa mía,
¿dónde propagas la luz
que nace pura en tus entrañas?

¿En qué segundo invitas
a fantasmas
que te besen las caderas?

Háblame a mí.

Soy los labios vivos
que avanzan,
como enfermedad,
hasta tu almohada.


Saturday, September 23, 2006

Carta para Mirna


9 de abril 2006



¿Acaso sabes que tiembla este papel
mientras lo escribo?
Quizás es mi mano,
mitad promesa, mitad locura
o las ganas de decirte todo
en este arrebato hecho imágenes.
Estos días la cruda existencia
me ha dormido el corazón.
Lo sabes, lo sé,
por eso entiendes mi costumbre arcangélica
de putear al que llaman Dios.
Es una forma de volverme héroe
y cambiar de dirección la cobardía cotidiana,
para contarte, en estas pocas letras,
que el cielo reinante en mi desolada capital
está cada vez más oscuro, descontento en aire
y ajeno de esperanzas,
ajeno de tu isla,
que suena a fantasía en la televisión,
pero que pintas tan jodida
como este puerto de cemento
al sur de los mapas.
Se amontonan,
estratégicamente,
libros que te he comprado,
los que te gustan y me gustan,
para atraer tu morbosa curiosidad
hasta mis ojos animales y de máquina endiosada
que recrean la película de tu cuerpo.
Ya extraño que no ejerzas de escritora
sobre este nombre al revés, tan mío y tuyo.
No quiero ser más
el niño maldito y p(r)o(f)eta
que incendiaba calles
y chocaba autos,
dibújame nuevo, como esta carta,
inesperado sobre el asfalto.
Aunque aún no entienda
ese afán tuyo
de creer en la justicia
y ser niña y mujer en un latido,
mientras yo sigo pensando
que nuestra misión no es salvar el mundo,
sino salvarnos de él.

Suposiciones

8 de abril 2006


I


Tú esperas decidida
a que una condena apócrifa
nos desbarate el techo.
Que te despiertes sumergida
entre sábanas amarillas
y agobiantes neologismos del amor.
A que te bese una vez a la semana,
sin contar los días lunes,
emulando la respiración artificial.
Sospechas finales absurdos,
de películas mudas
con actrices dramáticas
hasta el asco.


II


Yo cuento los minutos
para la explosión de huídas nocturnas
a distancias tremendas de mis ojos.
Y marco las sonrisas
sobre el calendario,
que no se borren tus besos
en tiempos de frío.


Friday, September 22, 2006

Promesas de ayer- Ariel Rot




Me arrastraste por el suelo,
y ahora soy tu prisionero
que alguien llame a un experto
que calme este incendio, que apague este fuego.
Me dijiste “no te quiero”, sin darle casi importancia
yo me derrumbé con elegancia mientras tú fumabas
quemándome el sombrero.

Y ahora cargo con resignación estas plegarias no atendidas
pero de qué sirve rezar y si nunca aprendí a decir amén.
Tengo la cabeza llena de promesas incumplidas
cómo duele recordar las promesas de ayer.

Me tiraste el anzuelo para cazar tiburones
yo pensaba que en mi tumba nunca faltarían flores.
Me dijiste “no te quiero”, disfrutaste la venganza
y yo pase toda la noche bailando la samba sin esperanza.

Y ahora cargo con resignación estas plegarias no atendidas
pero de qué sirve rezar y si nunca aprendí a decir amén
Tengo la cabeza llena de promesas incumplidas
cómo duele recordar las promesas de ayer.


Cultivé con cariño esa rosa y una mañana ventosa salió volando de mi jardín...


Ariel Rot




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Bruja- Joaquín Sabina



Bruja, si aterrizas
con tu escoba una día en mi balcón
ve con cuidado
yo disparo siempre al corazón.
En tus redes
no me atraparás como a un ratón.
Bruja, aunque vengas
disfrazada de Marilyn Monroe.
Piénsatelo bien antes de poner tu pie en mi balcón
no sea que tu escoba
me barra la alcoba y me haga de bastón.

¿Qué van a decir todos los que a ti Bruja te llaman?
si saben que besas, lloras,te enamoras
y me haces la cama.

No había debajo
del disfraz que te ponías tú
más que una niña
a la espera de algún principe azul
ibas para reina
pero un hechicero te dejo
así convertida
en una pobre bruja del montón.

Piénsatelo bien
antes de poner tu pie en mi balcón
no sea que tu escoba
me barra la alcoba y me haga de bastón.

¿Qué van a decir todos los que a ti Bruja te llaman?
si saben que besas, lloras,te enamoras
y me haces la cama.


Joaquín Sabina





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Fragmentos Capítulo 48- Rayuela

7 de abril 2006


"Esa misma noche, a eso de las dos de la mañana, volvió a verla por primera vez. Hacía calor y en el camerone donde ciento y pico de inmigrantes roncaban y sudaban, se estaba peor que entre los rollos de soga bajo el cielo aplastado del río, con toda la humedad de larada pegándose a la piel. Oliveira se puso a fumar sentado contra un mamparo, estudiando las pocas estrellas rasposas que se colaban entrelas nubes. La Maga salió de detrás de un ventilador, llevando en una mano algo que arrastraba por el suelo, y casi en seguida le dio la espalda y caminó hacia una de las escotillas. Oliveira no hizo nada por seguirla, sabía de sobra que sería alguna de las pitucas de primera clase que bajaban hasta la mugre, de la proa, ávidas de eso que llamaban experiencia o vida, cosas así. Se parecía mucho a la Maga, era evidente, pero lo más del parecido lo había puesto él, de modo que una vez que el corazón dejó de latirle como un perro rabioso encendió otro cigarrillo y se trató a sí mismo de cretino incurable. Haber creído ver a la Maga era menos amargo que la certidumbre de que un deseo incontrolable la había arrancado del fondo de eso que definían como subconsciencia y proyectado contra la silueta decualquiera de las mujeres de a bordo" (...) "saberse enamorado de la Maga no era un fracaso ni una fijación en un orden caduco; un amor que podía prescindir de su objeto, que en la nada encontraba su alimento, se sumaba quizá a otras fuerzas, las articulaba y las fundía en un impulso que destruiría alguna vez ese contento visceral del cuerpo hinchado de cerveza y papas fritas" (...) "Así la visita al Cerro, después de todo, habría tenido un sentido, así la Maga dejaría de ser un objeto perdido para volverse imagen de una posible reunión - pero no ya con ella sino más acá o más allá de ella; por ella, pero no ella-."
Julio Cortázar

Princesa- Joaquín Sabina



Entre la cirrosis
y la sobredosis
andas siempre, muñeca.
Con tu sucia camisa
y, en lugar de sonrisa, una especie de mueca.
¿Cómo no imaginarte,cómo no recordarte
hace apenas dos años?
Cuando eras la princesa de la boca de fresa,
cuando tenías aún esa forma
de hacerme daño.

Ahora es demasiado tarde, princesa.
Búscate otro perro que te ladre, princesa.

Maldito sea el gurú
que levantó entre tú
y yo un silencio oscuro,
del que ya sólo sales
para decirme, "vale,déjame veinte duros".
Ya no te tengo miedo, nena,
pero no puedoseguirte en tu viaje.
Cúantas veces hubiera dado la vida entera
porque tú me pidieras llevarte el equipaje.

Ahora es demasiado tarde, princesa...

Tú que sembraste en todas
las islas de la moda
las flores de tu gracia,
¿cómo no ibas a verte
envuelta en una muerte con asalto a farmacia?
¿Con qué ley condenarte
si somos juez y parte
todos de tus andanzas?
Sigue con tus movidas,reina,
pero no pidas que me pase la vida pagándote fianzas.

Ahora es demasiado tarde, princesa.
Búscate otro perro que te ladre, princesa.


Joaquín Sabina




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19 días y 500 noches- Joaquín Sabina


4 de abril 2006



Lo nuestro duró
lo que duran dos peces de hielo
en un güisqui on the rocks,
en vez de fingir,o, estrellarme una copa de celos,
le dio por reír.
De pronto me vi,
como un perro de nadie,
ladrando, a las puertas del cielo.
Me dejó un neceser con agravios,
la miel en los labios
y escarcha en el pelo.
Tenían razón
mis amantes
en eso de que, antes, el malo era yo,
con una excepción:
esta vez, yo quería quererla querer
y ella no.
Así que se fue,
me dejó el corazón
en los huesos
y yo de rodillas.
Desde el taxi,
y, haciendo un exceso,
me tiró dos besos...uno por mejilla.
Y regresé
a la maldición del cajón sin su ropa,
a la perdición de los bares de copas,
a las cenicientas de saldo y esquina,
y, por esas ventas del fino Laina,
pagando las cuentasde gente sin alma
que pierde la calma con la cocaína,
volviéndome loco,
derrochando la bolsa y la vida
la fuí, poco a poco,
dando por perdida.
Y eso que yo,
paro no agobiar con flores a María,
para no asediarla con mi antología
de sábanas frías
y alcobas vacías,
para no comprarla con bisutería,
ni ser el fantoche que va, en romería,
con la cofradía del Santo Reproche,
tanto la quería,
que, tardé, en aprender a olvidarla,
diecinueve días
y quinientas noches.

Dijo hola y adiós,
y, el portazo,sonó como un signo de interrogación,
sospecho que, así, se vengaba,
a través del olvido,Cupido de mi.
No pido perdón,
¿para qué? si me va a perdonar
porque ya no le importa...
siempre tuvo la frente muy alta,
la lengua muy larga
y la falda muy corta.
Me abandonó,
como se abandonan los zapatos viejos,
destrozó el cristal de mis gafas de lejos,
sacó del espejo su vivo retrato,
y, fui, tan torero,
por los callejones
del juego y el vino,
que, ayer, el portero,me echó del casino de Torrelodones.
Qué pena tan grande,
negaría el Santo Sacramento,en el mismo momento
que ella me lo mande.
Y eso que yo,
paro no agobiar con flores a María,
para no asediarla con mi antología de sábanas frías
y alcobas vacías,
para no comprarla con bisutería,
ni ser el fantoche que va, en romería,
con la cofradía del Santo Reproche,
tanto la quería,
que, tardé, en aprender a olvidarla,
diecinueve días
y quinientas noches...


Joaquín Sabina





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