Wednesday, September 27, 2006

Con una pena de muerte- Ismael Serrano



Con una pena de muerte
maldigo injustamente a los que antes compartieron
contigo los delirios de la carne.
Y se hace tarde,
y hay quien nos dice que debiéramos mirar
más el reloj.
El amor entre tú y yo
es a veces
como el silencio, y al nombrarlo se rompe.
Noche tras noche
me hago adicto a tus ritmos,
tus sonidos, tus sabores.
Cargados de buenas intenciones
nos empapamos de urbanidad,
vendimiando en las aceras
alguna que otra hermosa amistad.
Y yo vigilo tu sonrisa mientras tomas un té
en un café del centro.
Mar adentro mientras, las sirenas cantan.
Hay quien se tapa los oídos,
quien se ata al mástil de proa.
Tú y yo dejamos
que nos seduzcan con su canto.
Nos estrellamos
contra las rocas.

Planeando una huida
por las calles de Madrid
tú me preguntas, mirada dulce,
si me moriría sin ti.
Yo aterrado me escondo en un vaso
cargado de alcohol y te respondo:
"maldita sea, no lo compruebes por favor".
Y te dices fuerte e independiente,
y a veces me pareces débil en mis manos
como un copo de nieve que se deshace,
negándose a confesarse enamorada de mí.
Y sé que no podría estar sin ti,
sé que no podría estar sin ti.
Te dices fuerte e independiente,
y a veces me pareces débil en mis manos
como un ligero copo de nieve que se deshace,
negándose a confesarse enamorada de mí.
Y sé que no podría estar sin ti,
sé que no podría estar sin ti.



Ismael Serrano



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Capítulo 20- Rayuela (fragmento)



22 de abril 2006



-Te tengo tanta lástima, Horacio.

-Ah, eso no. Despacito, ahí.

-Vos sabés que yo a veces veo. Veo tan claro. Pensar que hace una hora se me ocurrió que lo mejor era ir a tirarme al río.

-La desconocida del Sena... Pero si vos nadás como un cisne.

-Te tengo lástima -insistió la Maga-. Ahora me doy cuenta. La noche que nos encontramos detrás de Notre-Dame también vi que... Pero no lo quise creer. Llevabas una camisa azul tan preciosa. Fue la primera vez que fuimos juntos a un hotel, ¿verdad?

-No, pero es igual. Y vos me enseñaste a hablar en glíglico.

-Si te dijera que todo eso lo hice por lástima.

-Veamos -dijo Oliveira, mirándola sobresaltado.

-Esa noche vos corrías peligro. Se veía, era como una sirena a lo lejos... no se puede explicar.

-Mis peligros son sólo metafísicos -dijo Oliveira-. Créeme, a mí no me van a sacar del agua con ganchos. Reventaré de una oclusión intestinal, de la gripe asiática o de un Peugeot 403.

-No sé -dijo la Maga-. Yo pienso a veces en matarme pero veo que no lo voy a hacer. No creas que es solamente por Rocamadour, antes de él era lo mismo. La idea de matarme me hace siempre bien. Pero vos, que no lo pensás... ¿Por qué decís: peligros metafísicos? También hay ríos metafísicos, Horacio. Vos te vas a tirar a uno de esos ríos.

-A lo mejor -dijo Oliveira- eso es el Tao.

-A mí me pareció que yo podía protegerte. No digas nada. En seguida me di cuenta de que no me necesitabas. Hacíamos el amor como dos músicos que se juntan para tocar sonatas.

-Precioso, lo que decís

-Era así, el piano iba por su lado y el violín por el suyo y de eso salía la sonata, pero ya ves, en el fondo no nos encontrábamos. Me di cuenta en seguida, Horacio, pero las sonatas eran tan hermosas.

Rayuela- Julio Cortázar



Sobre decapitaciones




20 de abril 2006


Me revuelco en tu felicidad
de observar cabezas
caer
a la interperie absoluta,

en medio del asfalto
cantando un golpe seco
sobre sus costillas grises.
Mirar cómo se enredan

entre tus pies,
esos mudos cuellos,
amnésicamente entregados
a no alcanzar

tus lágrimas,


las cruces oscuras de rebelión,

posesiones invisibles,

a ti, mujer que se levanta entre los muertos,
herida en tu sexo transparente

y tanteando,

como una gata, el camino final.

Lamiéndote el rumor de cuerpo insomne
que te consume extranjera de olvido.

Tú,

bendita entre todas las hembras,

siembra semillas tristes sobre los párpados
de aquellos decapitados de tu vida.


Sunday, September 24, 2006

Le rue des cascades


13 de abril 2006




6.

Ya desciende el tiempo fértil
sobre los ojos.
No es tu cristal negro
quien me detiene,
sólo quédome a extender la noche.


7.

Si la simpleza te carga de pudores,
conviértela en viento limpio,
virgen y rupturista,
transfórmala en carreteras
marcadas con piedras
hasta mi boca.


8.


Recuerda alzar tu falda
para burlar cualquier muro
de mi frontera.
Recuérdame vacío,
taciturno y doliente
en espera de colgar poemas
abrazados a tu cintura.


9.


Viólame la noche,
fugaz esclava mía.

No dudes en destruir
mis acorazadas fortalezas,
con tres kilómetros precisos
del dolor que te acontece
cuando desligo mi corazón
de tu lengua.


10.


Se ciegan grandiosas bestias
al mirarte sonreir,
silenciosa mía,
¿dónde propagas la luz
que nace pura en tus entrañas?

¿En qué segundo invitas
a fantasmas
que te besen las caderas?

Háblame a mí.

Soy los labios vivos
que avanzan,
como enfermedad,
hasta tu almohada.


Saturday, September 23, 2006

Carta para Mirna


9 de abril 2006



¿Acaso sabes que tiembla este papel
mientras lo escribo?
Quizás es mi mano,
mitad promesa, mitad locura
o las ganas de decirte todo
en este arrebato hecho imágenes.
Estos días la cruda existencia
me ha dormido el corazón.
Lo sabes, lo sé,
por eso entiendes mi costumbre arcangélica
de putear al que llaman Dios.
Es una forma de volverme héroe
y cambiar de dirección la cobardía cotidiana,
para contarte, en estas pocas letras,
que el cielo reinante en mi desolada capital
está cada vez más oscuro, descontento en aire
y ajeno de esperanzas,
ajeno de tu isla,
que suena a fantasía en la televisión,
pero que pintas tan jodida
como este puerto de cemento
al sur de los mapas.
Se amontonan,
estratégicamente,
libros que te he comprado,
los que te gustan y me gustan,
para atraer tu morbosa curiosidad
hasta mis ojos animales y de máquina endiosada
que recrean la película de tu cuerpo.
Ya extraño que no ejerzas de escritora
sobre este nombre al revés, tan mío y tuyo.
No quiero ser más
el niño maldito y p(r)o(f)eta
que incendiaba calles
y chocaba autos,
dibújame nuevo, como esta carta,
inesperado sobre el asfalto.
Aunque aún no entienda
ese afán tuyo
de creer en la justicia
y ser niña y mujer en un latido,
mientras yo sigo pensando
que nuestra misión no es salvar el mundo,
sino salvarnos de él.

Suposiciones

8 de abril 2006


I


Tú esperas decidida
a que una condena apócrifa
nos desbarate el techo.
Que te despiertes sumergida
entre sábanas amarillas
y agobiantes neologismos del amor.
A que te bese una vez a la semana,
sin contar los días lunes,
emulando la respiración artificial.
Sospechas finales absurdos,
de películas mudas
con actrices dramáticas
hasta el asco.


II


Yo cuento los minutos
para la explosión de huídas nocturnas
a distancias tremendas de mis ojos.
Y marco las sonrisas
sobre el calendario,
que no se borren tus besos
en tiempos de frío.


Friday, September 22, 2006

Promesas de ayer- Ariel Rot




Me arrastraste por el suelo,
y ahora soy tu prisionero
que alguien llame a un experto
que calme este incendio, que apague este fuego.
Me dijiste “no te quiero”, sin darle casi importancia
yo me derrumbé con elegancia mientras tú fumabas
quemándome el sombrero.

Y ahora cargo con resignación estas plegarias no atendidas
pero de qué sirve rezar y si nunca aprendí a decir amén.
Tengo la cabeza llena de promesas incumplidas
cómo duele recordar las promesas de ayer.

Me tiraste el anzuelo para cazar tiburones
yo pensaba que en mi tumba nunca faltarían flores.
Me dijiste “no te quiero”, disfrutaste la venganza
y yo pase toda la noche bailando la samba sin esperanza.

Y ahora cargo con resignación estas plegarias no atendidas
pero de qué sirve rezar y si nunca aprendí a decir amén
Tengo la cabeza llena de promesas incumplidas
cómo duele recordar las promesas de ayer.


Cultivé con cariño esa rosa y una mañana ventosa salió volando de mi jardín...


Ariel Rot




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Bruja- Joaquín Sabina



Bruja, si aterrizas
con tu escoba una día en mi balcón
ve con cuidado
yo disparo siempre al corazón.
En tus redes
no me atraparás como a un ratón.
Bruja, aunque vengas
disfrazada de Marilyn Monroe.
Piénsatelo bien antes de poner tu pie en mi balcón
no sea que tu escoba
me barra la alcoba y me haga de bastón.

¿Qué van a decir todos los que a ti Bruja te llaman?
si saben que besas, lloras,te enamoras
y me haces la cama.

No había debajo
del disfraz que te ponías tú
más que una niña
a la espera de algún principe azul
ibas para reina
pero un hechicero te dejo
así convertida
en una pobre bruja del montón.

Piénsatelo bien
antes de poner tu pie en mi balcón
no sea que tu escoba
me barra la alcoba y me haga de bastón.

¿Qué van a decir todos los que a ti Bruja te llaman?
si saben que besas, lloras,te enamoras
y me haces la cama.


Joaquín Sabina





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Fragmentos Capítulo 48- Rayuela

7 de abril 2006


"Esa misma noche, a eso de las dos de la mañana, volvió a verla por primera vez. Hacía calor y en el camerone donde ciento y pico de inmigrantes roncaban y sudaban, se estaba peor que entre los rollos de soga bajo el cielo aplastado del río, con toda la humedad de larada pegándose a la piel. Oliveira se puso a fumar sentado contra un mamparo, estudiando las pocas estrellas rasposas que se colaban entrelas nubes. La Maga salió de detrás de un ventilador, llevando en una mano algo que arrastraba por el suelo, y casi en seguida le dio la espalda y caminó hacia una de las escotillas. Oliveira no hizo nada por seguirla, sabía de sobra que sería alguna de las pitucas de primera clase que bajaban hasta la mugre, de la proa, ávidas de eso que llamaban experiencia o vida, cosas así. Se parecía mucho a la Maga, era evidente, pero lo más del parecido lo había puesto él, de modo que una vez que el corazón dejó de latirle como un perro rabioso encendió otro cigarrillo y se trató a sí mismo de cretino incurable. Haber creído ver a la Maga era menos amargo que la certidumbre de que un deseo incontrolable la había arrancado del fondo de eso que definían como subconsciencia y proyectado contra la silueta decualquiera de las mujeres de a bordo" (...) "saberse enamorado de la Maga no era un fracaso ni una fijación en un orden caduco; un amor que podía prescindir de su objeto, que en la nada encontraba su alimento, se sumaba quizá a otras fuerzas, las articulaba y las fundía en un impulso que destruiría alguna vez ese contento visceral del cuerpo hinchado de cerveza y papas fritas" (...) "Así la visita al Cerro, después de todo, habría tenido un sentido, así la Maga dejaría de ser un objeto perdido para volverse imagen de una posible reunión - pero no ya con ella sino más acá o más allá de ella; por ella, pero no ella-."
Julio Cortázar

Princesa- Joaquín Sabina



Entre la cirrosis
y la sobredosis
andas siempre, muñeca.
Con tu sucia camisa
y, en lugar de sonrisa, una especie de mueca.
¿Cómo no imaginarte,cómo no recordarte
hace apenas dos años?
Cuando eras la princesa de la boca de fresa,
cuando tenías aún esa forma
de hacerme daño.

Ahora es demasiado tarde, princesa.
Búscate otro perro que te ladre, princesa.

Maldito sea el gurú
que levantó entre tú
y yo un silencio oscuro,
del que ya sólo sales
para decirme, "vale,déjame veinte duros".
Ya no te tengo miedo, nena,
pero no puedoseguirte en tu viaje.
Cúantas veces hubiera dado la vida entera
porque tú me pidieras llevarte el equipaje.

Ahora es demasiado tarde, princesa...

Tú que sembraste en todas
las islas de la moda
las flores de tu gracia,
¿cómo no ibas a verte
envuelta en una muerte con asalto a farmacia?
¿Con qué ley condenarte
si somos juez y parte
todos de tus andanzas?
Sigue con tus movidas,reina,
pero no pidas que me pase la vida pagándote fianzas.

Ahora es demasiado tarde, princesa.
Búscate otro perro que te ladre, princesa.


Joaquín Sabina




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19 días y 500 noches- Joaquín Sabina


4 de abril 2006



Lo nuestro duró
lo que duran dos peces de hielo
en un güisqui on the rocks,
en vez de fingir,o, estrellarme una copa de celos,
le dio por reír.
De pronto me vi,
como un perro de nadie,
ladrando, a las puertas del cielo.
Me dejó un neceser con agravios,
la miel en los labios
y escarcha en el pelo.
Tenían razón
mis amantes
en eso de que, antes, el malo era yo,
con una excepción:
esta vez, yo quería quererla querer
y ella no.
Así que se fue,
me dejó el corazón
en los huesos
y yo de rodillas.
Desde el taxi,
y, haciendo un exceso,
me tiró dos besos...uno por mejilla.
Y regresé
a la maldición del cajón sin su ropa,
a la perdición de los bares de copas,
a las cenicientas de saldo y esquina,
y, por esas ventas del fino Laina,
pagando las cuentasde gente sin alma
que pierde la calma con la cocaína,
volviéndome loco,
derrochando la bolsa y la vida
la fuí, poco a poco,
dando por perdida.
Y eso que yo,
paro no agobiar con flores a María,
para no asediarla con mi antología
de sábanas frías
y alcobas vacías,
para no comprarla con bisutería,
ni ser el fantoche que va, en romería,
con la cofradía del Santo Reproche,
tanto la quería,
que, tardé, en aprender a olvidarla,
diecinueve días
y quinientas noches.

Dijo hola y adiós,
y, el portazo,sonó como un signo de interrogación,
sospecho que, así, se vengaba,
a través del olvido,Cupido de mi.
No pido perdón,
¿para qué? si me va a perdonar
porque ya no le importa...
siempre tuvo la frente muy alta,
la lengua muy larga
y la falda muy corta.
Me abandonó,
como se abandonan los zapatos viejos,
destrozó el cristal de mis gafas de lejos,
sacó del espejo su vivo retrato,
y, fui, tan torero,
por los callejones
del juego y el vino,
que, ayer, el portero,me echó del casino de Torrelodones.
Qué pena tan grande,
negaría el Santo Sacramento,en el mismo momento
que ella me lo mande.
Y eso que yo,
paro no agobiar con flores a María,
para no asediarla con mi antología de sábanas frías
y alcobas vacías,
para no comprarla con bisutería,
ni ser el fantoche que va, en romería,
con la cofradía del Santo Reproche,
tanto la quería,
que, tardé, en aprender a olvidarla,
diecinueve días
y quinientas noches...


Joaquín Sabina





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