Saturday, August 22, 2009

Ana Becciú

Ah, rostro mío,
cómo te amaba el tiempo
cuando eras
antes del gesto
un niño breve,
ungido
en la rara melodía de los ecos.

Y ahora,
después del gesto,
el esfuerzo
de ser
de un largo silencio
para alcanzar,
vacío,
tu forma
de miedo.



Ana Becciú

2 comments:

i el mar said...

qué bueno tu blog. Diego Maquieira... bien.

Lobo said...

gracias por pasar, saludos.