13 de abril 2006
6.
Ya desciende el tiempo fértil
sobre los ojos.
No es tu cristal negro
quien me detiene,
sólo quédome a extender la noche.
7.
Si la simpleza te carga de pudores,
conviértela en viento limpio,
virgen y rupturista,
transfórmala en carreteras
marcadas con piedras
hasta mi boca.
8.
Recuerda alzar tu falda
para burlar cualquier muro
de mi frontera.
Recuérdame vacío,
taciturno y doliente
en espera de colgar poemas
abrazados a tu cintura.
9.
Viólame la noche,
fugaz esclava mía.
No dudes en destruir
mis acorazadas fortalezas,
con tres kilómetros precisos
del dolor que te acontece
cuando desligo mi corazón
de tu lengua.
10.
Se ciegan grandiosas bestias
al mirarte sonreir,
silenciosa mía,
¿dónde propagas la luz
que nace pura en tus entrañas?
¿En qué segundo invitas
a fantasmas
que te besen las caderas?
Háblame a mí.
Soy los labios vivos
que avanzan,
como enfermedad,
hasta tu almohada.
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