Aunque callen las palabras, queda el ascenso nocturno dentro de tu cuerpo, un túnel infinito que quiebra mi verbo, justo antes de reinventar las hebras de nuestro origen.
Tengo la mala costumbre de coleccionar gravedades, domar a las fieras y hacer de astronauta en mis horas libres. En otras palabras, soy idiota, no se le ocurra leerme.
4 comments:
hermoso
¿yo?
también
jaja
lo sabía
unbeso
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